
Lissa decide poner fin a la rivalidad de una vez por todas: ella y las novias de los otros jugadores se van de huelga conjunta. Los chicos no recibirán ninguna acción de parte de ellas hasta que los equipos de fútbol americano y fútbol hagan las paces. Con lo que no cuentan es con una nueva clase de rivalidad: una imposible confrontación chicas-contra-chicos que gira en torno a quién cederá a sus libidos primero. Y Lissa nunca ve su propia tensión sexual con el líder de los chicos, Cash Sterling, venir.